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A miles de kilómetros de cualquier cosa, en un lugar dónde el mundo piensa que no hay nada, doce personas son las encargadas de salvaguardar un territorio vacío e inhóspito.
La patrulla Sol Negro en una de sus travesías. Fuente: National Geographic.
El Parque Nacional del noreste de Groenlandia (Grønlands Nationalparkes considerado el mayor parque nacional del planeta. Con sus 972.000 kilómetros cuadrados alberga el 40% de la población mundial de bueyes almizcleros (Ovibos moschatus) distribuidos por un litoral escarpado, donde enormes fiordos y una inmensa meseta de hielo componen un hábitat donde la temperatura rara vez supera los 0ºC. Su nombramiento como figura de protección se realizó en 1974 por el Gobierno danés. Es el único territorio protegido de Groenlandia, sin embargo y a pesar de la gran colonia de bueyes azmilcleros, numerosos osos polares, morsas, y pequeños mamíferos como zorros polares, la verdadera importancia de este parque corre a cargo de sus doce vigilantes: la Patrulla Sirius.

La Patrulla Sirius o Slædepatruljen Sirius es un cuerpo de élite del ejercito danés encargado de la vigilancia de este territorio inhóspito con el fin de imponer la soberanía danesa sobre el parque (y proteger el petróleo y los ricos minerales de Groenlandia). La unidad se creó durante la Segunda Guerra Mundial para evitar aterrizajes de aeronaves nazis. Durante una patrulla se llegó a encontrar una estación meteorológica alemana que fue bombardeada por la USAF (United States Air Force).

La patrulla está compuesta por doce hombres y seis equipos de perros de trineo, llevando cada pareja de soldados a un máximo de catorce perros groenlandeses excelentemente preparados. Estos perros, nacidos y criados allí para acostumbrarse a esas condiciones, recorren 30 kilómetros diarios durante seis meses en muy duras condiciones, soportando temperaturas medias de -10ºC y pudiendo llegar a los -55ºC. Los canes trabajan unos 5 años y pueden llegar a recorrer más de 20.000 kilómetros a lo largo de sus vidas. Al final de su vida laboral deben ser sacrificados para que no surjan lazos de amistad con los hombres y no haya problemas territoriales con el resto de perros.

Líderes de la manada de Sol Negro. Ellos marcan el camino a los soldados y alertan sobre la proximidad de osos polares. Fuente: National Geographic.
Por otra parte, los hombres trabajan durante periodos de 26 meses, relevándose todos los años seis miembros. Se forman así parejas de un hombre experimentado y un novato, recorriendo el Parque Nacional con unos 400-500 kg de equipo para poder sobrevivir a las largas travesías. Sólo pueden acceder a la patrulla jóvenes menores de 30 años que hayan superado el servicio militar danés, un duro entrenamiento de supervivencia y rigurosos exámenes y pruebas, tanto físicas como psicológicas. 

Un soldado de Sirius examina las patas de los animales. Debido al hielo los animales sufren heridas en las pezuñas que deben ser tratadas. Fuente: National Geographic.
Durante más de 60 años, a Sirius se le ha confiado el patrullaje de los 14.000 kilómetros de costa al noreste de Groenlandia. El equipo de doce hombres visita cada centímetro de la agrietada y rugosa línea costera por lo menos una vez cada cinco años, dando apoyo formal a la soberanía danesa de acuerdo con las convenciones internacionales. 

Más allá de los intereses políticos y estratégicos, estos hombres y estos animales son dignos de mención y admiración siendo capaces de llegar a los límites de la resistencia física y mental en un infierno de hielo.

Cuando las patrullas están en las bases, los perros se colocan en cajones sobre el hielo y distanciados entre sí para evitar peleas. La unión entre los hombres y los animales es muy fuerte. Fuente: National Geographic.

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