La Geografía: un arma para la guerra. Yves Lacoste
El texto de Lacoste es una reflexión sobre la utilidad de la geografía y aspectos que relacionan esta disciplina con el poder, la guerra y la política, es decir, la geopolítica. La idea principal es la afirmación de que el saber de la geografía puede servir a un estado para hacer la guerra, tratándose de un instrumento de poder.
Comienza con unos párrafos que tratan de disciplina en sí, la geografía como el estudio espacial de nuestro mundo con elementos como el relieve, el clima, la población, la ciudad, las actividades económicas, un estudio que se imparte en colegios y universidades con una metodología memorística. Cuestiona este método con la aparición de la televisión, revistas ilustradas, prensa a lo que habría que incluir internet, pues a través de estos medios conocemos la actualidad de nuestro mundo. La disciplina se caracteriza por la acumulación de elementos de conocimiento que provienen de diversas ramas como la geología, la sociología, la historia, la demografía, la meteorología, la economía o la política.
El medio utilizado para ello es el mapa, que contiene estas informaciones para la táctica y estrategia. Según Lacoste sería un instrumento de poder sobre el espacio y sobre las personas que viven en este espacio pues la realización de un mapa implica dominio político y científico del espacio representado.
Además de la utilidad para la guerra y el poder, la geografía también tiene funciones ideológicas y políticas. El autor expone el estudio de la geopolítica intentando desvincularla de la imagen nazi, aunque la política hitleriana fuera la expresión más clara de la función política e ideológica de la geografía, haciendo referencia a las teorías de Ratzel.
La afirmación de que el saber de la geografía puede servir a un estado a hacer la guerra se repite a lo largo del ensayo. En la última parte acusa a EEUU de bombardear los cimientos de los diques del río Rojo para provocar su destrucción en el contexto de la Guerra de Vietnam en 1972. La destrucción de los diques provocando inundaciones y muertes se produjo en lugares donde tenían consecuencias más graves, pero no se realizó de manera precisa y directa por la opinión pública internacional.
En conclusión defiende el estudio de la geopolítica, interesándose por los problemas epistemológicos de la geografía, dando como resultado una geografía activa comprometida con la organización del espacio.
La Geografía, ¿Discurso inútil o saber estratégico? Nicolás Ortega
El planteamiento de Nicolás Ortega está basado e inspirado en las ideas de Lacoste, haciendo referencia en gran parte del texto a reflexiones de la revista francesa Herodote. Ambos escriben sobre los problemas de la geografía y la crisis epistemológica y metodológica que sufre la disciplina. En los dos textos se puede ver la descripción y el sentido de la geografía. Por un lado, coinciden en separar la geografía en la etapa escolar y universitaria, como algo descriptivo, aburrido y memorístico. La geografía sería condenada por ser un conjunto de disciplinas sin especialización, por lo que se cuestiona si se trata de una ciencia fiable. Esta geografía académica, según ambos autores oculta implicaciones políticas, militares y las relaciones con el poder, siendo un saber estratégico.
En un principio lo que parece ser una asignatura menospreciada, consistente en una yuxtaposición de ideas, rechazada por los alumnos por un alto contenido de descripción incomprensible, se convierte en un medio para los intereses políticos y militares en relación con el poder. Se plantea para ello la búsqueda de una geografía alternativa, basándose en las ideas de la revista francesa Herodote: Estrategias, Geografías, Ideologías, dirigida por Yves Lacoste en los años 70 del siglo pasado. La revista era un medio por el cual se establecía la polémica y el debate en cuestiones metodológicas y epistemológicas en relación con la geografía. Se intentó sobre todo renovar esa idea de la geografía como saber inútil, demostrando su verdadera importancia activa.
El título hace referencia al saber inútil de la “geografía de los profesores”, la académica, que se encuentra desde hace tiempo en situación de crisis. Junto a esta surge la “geografía del espectáculo”, que se da en prensa, publicidad, internet, cine y turismo. Al igual que la académica, es muy influyente en la sociedad y pasiva. Ambas tienen un mismo resultado, la tesis que aparece en los dos textos, la idea de que el saber geográfico puede ser un poder, un instrumento político por medio de la “geografía de los estados mayores”. Ésta última sería la geografía útil y eficaz pues tiene un fin y lo consigue, al contrario que las otras geografías que sirven de disimulo según los autores.
La conclusión de todo ello es la necesidad de hacer una geografía que tenga en cuenta la relación del hombre y la naturaleza, los problemas demográficos, el problema urbano, las desigualdades y los conflictos territoriales. Por ello reivindican que el privilegio de la minoría en el poder se traslade a los ciudadanos, conocer y analizar el espacio, así como los problemas actuales a través del saber estratégico, consciente de las responsabilidades.
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