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Una de las teorías más antiguas en la Historia del Arte sobre este tema es la historiografía procarolingia, basándose en la influencia carolingia a las construcciones asturianas por el supuesto vasallaje de Alfonso II a Carlomagno. Las estrechas relaciones con Carlomagno y el reino franco vienen dadas por una alianza contra los árabes. También por las tribunas y el westwerk. Otra corriente defiende el neovisigotismo, el seguimiento del Ordo gothorum o continuismo de la tradición hispano-visigoda, una forma de independencia de la iglesia asturiana frente a la carolingia, seguida por el profesor Bango Torviso. La teoría se sostiene porque aclara que no hay que irse hasta el arte carolingio para ver las tribunas como en Santullano, teniendo ejemplos claros en las construcciones hispanovisigodas. Esto aparece en la crónica Albeldense de 883, Alfonso II hizo construir las iglesias y palacios de Oviedo tal y como existían en Toledo, como se ve en el siguiente fragmento donde se nos muestran también otras construcciones:

Carlomagno
“Alfonso el Magno reinó cincuenta y un años… En Oviedo construyó con piedra y cal un templo dedicado al Salvador y a los doce Apóstoles. También edificó una iglesia con tres altares, en honor a la Virgen María. Igualmente cimentó con muchas esquinas un edificio admirable, la basílica de San Tirso. Diligentemente decoró todas estas casas de Dios con arcos y columnas marmóreas, oro y plata. Lo mismo decoró los palacios reales con diversas pinturas. Y estableció en Oviedo, tanto en el palacio como en la iglesia, todo el orden de los godos tal como había existido en Toledo”.

Una explicación consiste en la necesidad de legitimar la monarquía con el pasado godo, sobre todo con Leovigildo y la corte toledana. El Reino Asturiano se sentía heredero directo y se rige por la recuperación de la monarquía hispano-visigoda. Además son importantes los edificios asturianos para conocer la arquitectura visigoda, pues solo quedan algunos documentos y materiales arqueológicos. El arte asturiano por otros ha sido considerado como algo diferente de la tradición hispano-visigoda, siendo un símbolo de lo europeo y lo cristiano frente al Islam. En oposición, otros como Torres Balbás en 1934 han considerado que el arte asturiano se debía a las tradiciones romanas tardías.
Cancel de Santa Cristina de Lena, reutilizado de época visigoda
No solo hay semejanzas con la arquitectura visigoda (líneas y ángulos rectos), también hay diferencias como la mampostería asturiana, que es como la merovingia y carolingia mientras que los muros visigodos estaban labrados en sillares grandes bien labrados, según la tradición romana. El uso de mampostería se debe también a la tradición local. Las plantas asturianas son de origen basilical y las visigodas de planta cruciforme. Las semejanzas son más bien políticas (Ordo gothorum) y religiosas (liturgia, tribuna monástica, cámara sobre ábside) que artísticas. El uso del arco de medio punto rompe con la tradición hispánica del arco de herradura. Además es aparejado con ladrillo, como los carolingios. El arco de medio punto nos lleva a la prolongación de arcos, la bóveda; los visigodos no tenían sistemas abovedados y según Gómez Moreno fue un claro elemento de atraso.

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